La pureza creativa de la joyera grancanaria Helena Rohner, Medalla de Oro de Bellas Artes, en un libro respaldado por el Cabildo

La joyera grancanaria Helena Rohner celebra sus 20 años de trayectoria en la profesión con la edición de un libro sobre su obra respaldada por el Cabildo como promoción del talento de Gran Canaria, subrayó hoy en la presentación el presidente insular, Antonio Morales.

21 Diciembre 2016

Rohner, que fue galardonada con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2016, presenta en su obra una recopilación de sus joyas, donde destacan el trabajo artesanal y la nobleza de los materiales empleados, apunta la consejera de Artesanía, Minerva Alonso, que arropó junto a los diseñadores de Moda Cálida esta presentación.

La joyera grancanaria heredó de su padre, creador de marionetas de madera, el amor por la artesanía y de su madre, tejedora y experta en tintes, el gusto por el color y el uso de materiales nobles, como la madera, metales o telas con las que construye “a base de deconstruir”, asegura la artista.

Cuando le preguntan por su inspiración, considera que como canaria integró al nacer “la fuerza del mar, la pureza de las montañas”, y dado que en las islas todo es “potente y puro”, tal vez por eso sus piezas sean “esencialistas”.

Para Rohner, “la joyería es metal” donde es posible dar martillazos, limar extremos, cortar piezas y terminar por moldear una nueva forma totalmente distinta de la inicial, capaz de reflejar la luz de un momento o de expresar un estado de ánimo mediante la adición de un color.

Y así las joyas se convierten en “la luz del cuerpo”, asegura la diseñadora, quien utiliza su propio método de creación a través de un tallado en cera al que va quitando partes hasta conseguir identificar la forma que da sentido a toda la pieza y que, después, es curioso ver cómo cada mujer la luce de una manera diferente.

La artista reconoce que imprime a su obra una parte de sí misma, lo que expresa realizando a mano sus piezas y consigue realzar el carácter artesanal de sus joyas, recogidas ahora en esta publicación que no es otra  cosa que una “oda al amor, a lo hecho a mano y a lo bien hecho”.

Rohner aún recuerda la primera joya que diseñó: unas estrellas enfiladas en una cuerda de cuero, que vendió en una feria de París a donde acompañó a otra artista porque conocía el idioma francés.

“Ahí me di cuenta de que mis diseños tenían un hueco en el mercado”, comenta la diseñadora, tanto que se ha convertido en una de las joyeras españolas de mayor reconocimiento internacional y puede presumir de ser profeta también en su tierra.